Hotel Matsa B&B, Lezama (Biscay)

Tuve una experiencia maravillosa en Rural Matsa mientras caminaba por el Camino Norte. Este lugar se siente como un hogar lejos de casa, gestionado por una joven pareja que realmente se preocupa por sus huéspedes. Las habitaciones son amplias y cómodas, y la cena fue espectacular, especialmente el cerdo asado a la sal y el flan casero, aunque me hubiera gustado tener más opciones de postres. La atención del personal fue excepcional, haciendo que mi estancia fuera aún más agradable.

Tuve una experiencia maravillosa en el Rural Matsa mientras caminaba por el Camino Norte. Este lugar se siente como un hogar alejado de casa, con habitaciones amplias y acogedoras que garantizan un buen descanso después de un largo día. La cena fue espectacular, con un cerdo asado a la sal que estaba delicioso y un flan casero que no se puede olvidar. Sin embargo, me hubiera gustado tener más opciones de postres para elegir, aunque la atención del personal fue insuperable, realmente se esforzaron por hacernos sentir como en familia.

Tuve una experiencia maravillosa en el Rural Matsa mientras caminaba por el Camino Norte. Este lugar es un hogar lejos de casa, con habitaciones amplias y cómodas, y una cena deliciosa que incluyó cerdo asado y un flan casero increíble. Sin embargo, me hubiera gustado tener más opciones de postres. A pesar de eso, la atención del personal fue excepcional, haciendo todo lo posible para que me sintiera como en casa.

Tuve una experiencia maravillosa en el Rural Matsa mientras caminaba por el Camino Norte. Este lugar se siente como un verdadero hogar, gestionado por una pareja joven y muy acogedora. Las habitaciones son amplias y cálidas, ideal para relajarse después de una larga jornada. La cena fue espectacular con un cerdo asado a la sal y un flan casero delicioso. Sin duda, recomiendo este hotel, aunque sería ideal que hubiera más opciones de postres.

Tuve una experiencia maravillosa en el Rural Matsa mientras caminaba por el Camino Norte. Este lugar es un auténtico hogar lejos de casa, gestionado por una joven pareja que se preocupa muchísimo por sus huéspedes. Las habitaciones son amplias y cómodas, ideales para relajarse después de un día de caminata. La cena fue increíble, con un cerdo asado a la sal que no puedo olvidar y un flan casero que estaba de lujo. Sin embargo, no encontré muchas opciones de postres, lo que podría mejorar la experiencia general.